domingo, 25 de abril de 2010

El extraño


Este gallo me estaba mirando mientras yo hacía un esfuerzo por concentrarme en mi meditación matutina. Yo creo que le llamaba la atención mi vestido. Y me siguió mirando como si se hubiera enamorado de mí. Estaba fascinado, eso lo puedo jurar de guata. Y de espalda también.

Por culpa de él no me pude concentrar. Todo lo que conseguí fue quedarme pegado tarareando la canción ésa de
Smokey Robinson. Se me quedó en la cabeza toda la mañana. Luego me fui a bañar al mar gélido del sur, pero de éso no hay fotos.

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