Ahhhh la mer.... la douce mer...
Héme ahí con mis pies hundidos en la arena... el sol, la brisa helada, el horizonte gélido y lejano, enturbiando mis pensamientos hasta ese minuto perfectamente superficiales y mundanos...
Ahora, saltando entre tecla y tecla, me pregunto, para qué más está ese mar, ese horizonte gélido y lejano, para que más la brisa se cuela entre mis piernas, para qué más está la arena bajo mis pies...
Ahora, saltando entre tecla y tecla, me pregunto, para qué más está ese mar, ese horizonte gélido y lejano, para que más la brisa se cuela entre mis piernas, para qué más está la arena bajo mis pies...
Tan sólo para servirle yo de ellos? Para tener burdo pretexto de qué... de elogiar el mundo que me rodea... y yo qué?
Y yo qué! y exijo unas líneas... una respuesta, un interlocutor.
En todo caso, el chaleco estaba bacán.
Y yo qué! y exijo unas líneas... una respuesta, un interlocutor.
En todo caso, el chaleco estaba bacán.
3 comentarios:
quién te hace los chalecos osito?, tienen "el terrible estilo"...espero que hayas llegado recargado de tus vacaciones. Y...bueno lo del interlocutor, yo creo que tu amigo, el pingüino podría serlo, apareció?
saltando entre tecla y tecla ---> que adorable, debe ser un espectáculo verte redactar el blog.
No soy niún espectáculo señorito, tengo las patas llenas de callos.
Los chalecos, a há... me los hago yo pues! Si soy un zurcidor universal, hago de todo, aunque últimamente me he dedicado a las hamacas...
No no, el pinguino no está y no quiero hablar de ese posible sicópata... un tal alberto montt me ha provocado una crisis de pánico.
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